Después de diez días por Northland y dos de parada en Tauranga para arreglar temas varios (todo lo contrario a descanso), nos encaminamos de nuevo con distinto rumbo. Esta vez la brújula nos indica la dirección opuesta a nuestro anterior viaje: sur, rumbo sur.
Para ello tenemos que llegar hasta Wellington, a 548 kilómetros desde Tauranga. Rosa quiere hacerlo de una tirada, yo en cambio prefiero ir relajado y parar un poco en Taupo, ya que Rosa no lo conoce. Aquellos que estéis pensando que es poca la distancia y que se hace rápido, pues os equivocáis. Si bien la distancia es la misma (claro está que pesa lo mismo un kilo de oro que un kilo de harina), las carreteras y las velocidades permitidas en las mismas no son las mismas que en la península. No hay autopistas ni autovías, es decir, las carreteras son de dos carriles, sí de dos, pero uno en cada sentido. La velocidad máxima son 100 km/h que en muchos tramos no puedes coger por el perfil sinuoso de NZ. La verdad que la carretera de Taupo a Wellington es bastante buena pero nadie te quita las 7 horas de carretera desde el origen (Tauranga) al destino, que si le sumamos paradita para comer, para cubrir nuestras necesidades y las de Little Girl (para aquellos que no la conozcan es nuestra minihogar-furgoneta) pues nos vamos a las 9 horas. Así, aunque está mal decirlo, las decisiones de todo sabio se respetan y se siguen, y las paraditas en Taupo (Araitia Rapids, Huka Falls, city, Six Miles Walk) se hicieron con todo rigor, ya que había que tomar la cervecita de los domingos por la mañana, por supuesto.
En Taupo el tiempo era bastante bueno pero no lo suficiente para verle la cara al Mt Tongariro; siempre que paso por allí o quiero ir a visitarle, se esconde. ¿¿Habrá ido alguno del Botxo que le haya hecho alguna putada? Maldita la gracia, espero que no cagase como los catalanes y el navarro que cagaron en el jardín de un kiwi.
Desde Taupo nos adentramos, vía Turangi, en la Dessert Road, un coñazo de carretera pero desde donde pudé ver las faldas de mi amigo, Mt Tongariro y sus dos primos, Mt Ruapehu y Mt Ngaruhoe. La verdad que sólo por esa imagen (lo siento por las fotos pero la contraluz y las nubes y la poca destreza de servidor no permitieron hacer nada mejor) merece la pena acercarse de vez en cuando por estas tierras e intentar hoyarlos.
Ya iba atardeciendo y decidimos avanzar un poco más, ya que en la Dessert Rd no hay zonas de descanso y además hacía un frío que pelaba a pesar de ser primavera. Tras varios pueblos (cities, perdón que aquí no hay villages según los kiwis, aunque en algunos de ellos viven menos gente que en los edificios donde he vivido en Santurtzi o en Madrid) y varias zonas de descanso, decidimos parar en una y ponernos a cenar, justo en el momento de la puesta del sol. Y como no, como todos los días, la puesta del sol AMAZING. Como he indicado antes, una imagen vale más que mil palabras
Al día siguiente, tras una noche bastante fría (yo me cerré el saco hasta arriba. Tengo que decir que los sacos fueron una de las mejores compras en NZ, dan un calorcito que voy a agradecer enormemente ahora en la isla sur, ya que a pesar de ser primavera y las temperaturas suben hasta los 20 ó 25 grados en el día, ahora mismo están rondando los 4 a 7 grados nocturnos. Bueno a lo que íbamos, al día siguiente más pueblos y más kilómetros hasta Wellington.
A diferencia de Auckland, que el primer día nos defraudó bastante (el segundo ya le vimos cosas positivas), la capital de NZ desde 1865 nos ha resultado una ciudad (ésta sí que es ciudad ciudad, aunque pequeñita; la ciudad en sí tiene alrededor de 170.000 habitantes, creo recordar, y el área metropolitana 500.000) muy interesante. Tiene un centro que podríamos equivocarnos con Bilbao, Madrid, Barcelona o cualquier otra ciudad europea con sus sus tiendas, sus rascacielos, sus bares, etc. Después de ver los pueblos de NZ se agradece ver algo así (sobre todo después de haber vivido 9 años en Madrid, pero rápidamente nos dijimos, es muy bonita pero no para vivir, queremos pueblo, ya veis nos hemos hecho de pueblo).
A poca distancia del centro nos encontramos con la zona marítima que está compuesta por varias bahías rodeadas de bajas montañas con casas en sus faldas. Si queréis tener una vista general puedes subir al Mt Victoria, que es una pequeña colina desde la que puedes tener una visión 360º de toda la ciudad (acceso en transporte privado, público o andando).
No hemos podido recorrer mucho ya que Rosa tenía el pie bastante tocado hoy y nos hemos movido un poco en coche, pero dentro de un mes cuando esperamos que el tobillo se haya recuperado bastante esperamos poder daros más detalles de la ventosa Welly.
Lo que nos ha llamado la atención es la cantidad de gente haciendo deporte, en particular corriendo y rodando (en bici) que nos hemos encontrado. Ahora mismo estoy viendo a dos personas con kayas por una ventana y a varios ciclistas por la otra, pero es un constante ir y venir de gente deportista. Un 10 por los wellingtonianos.
Mañana nos toca pasar el ferry así que ya hemos buscado un sitio para establecer nuestra humilde morada (para aquellos interesados: siguiendo la Oriental Parade cuando se acaba el aparcamiento de la izquierda, un poco más adelante hay una pequeña ensenada a la izquierda donde aparcar y unos baños públicos a 100 metros). Ahora mismo estamos 5 fragonetas estacionadas aquí y en breve supongo que se acercará alguna más ya que el sol se está poniendo y es hora de buscar sitio para hacer la cena y dormir.
Hasta mañana.
PS: Por cierto, si alguien lee esto y se acerca con su furgo, campervan o lo que sea por Wellington y se quiere pegar una ducha (2 dólares si no hemos visto mal), al lado de la terminal de ferries de la compañía Bluebridge (junto a la estación de tren y el edificio de NZ Post) han habilitado una zona (de pago, por supuesto) para aparcar la furgo, campervan etc. con zona de baños, ducha e internet. Por si alguien quiere dormir por allí (hay que pagar eh!!!)
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