Sigue lloviendo y no poco, bugger!, que dicen por estos lares. Traducido es como un ¡mierda! Bueno, no hay tiempo que perder y tras decidir qué ruta coger (exiten dos vías, una más directa por la SH6 hasta Te Anau, u otra por la S96 que pasas por alguna playa interesante, especialmente si vas con tabla de surf (Colac Bay), lagos (Hauroko, Monowai) y hay menos tráfico.
En el camino hay una serie de monumentos históricos que ver, que tras nuestra experiencia es mejor no parar el coche, por evitar la pérdida de tiempo y porque la furgo una vez que coge carrerrilla en la carretera consume menos que con las diferentes paradas.
El tramo que hay entre Orepuki y las desviaciones para cualquiera de los dos lagos que he citado antes (ojo, las carrteras para llegar a los mismos son de grava, en el segundo caso son 8 kilómetros en cada sentido) es mejor hacerlo del tirón salvo que las necesidades de cada uno exijan hacer una paradita.
Nosotros buscábamos un sitio cerca de Manapouri para poder dormir, planificar (estamos haciendo este viaje sin ningún tipo de planificación, raro en mí pero así es), caminar un poco entre la naturaleza y disfrutar del Fiorland National Park sin las multitudes que nos esperarán kilómetros más adelante. Así que decidimos parar en el lago Monowai. En la carretera que lleva al mismo tienes una bifurcación. La de la derecha lleva a un motel y al comienzo de unas rutas (superiores a 6 horas) y el de la izquierda lleva al lago, donde hay una zona donde el DOC permite el camping (de furgos, porque no hay para poner tienda de campaña). Hay un paseo de 30 minutos que te lleva a un mirador desde donde podrás contemplar el lago en toda su magnitud, así como las montañas que dan comienzo a la Fiordland National Park. Además, si pasas al otro lado del lago y cruzas la minipresa te adentrarás en un bosque nativo de totaras, con montón de helechos, fern, líquenes, sonidos de pájaros, con el sonido del agua a tu espaldas. No está marcado, así que ojo si se hace tarde. Además, como la mayoría de los bosques de NZ es bastante húmedo y hace falta llevar abrigo, incluso en primavera/verano.
Decidimos quedarnos allí hasta que regresamos al coche donde una nube de sandflies (mosquitos “asesinos”) nos atacó. Tras pensar qué hacíamos ya que allí estábamos muy bien decidimos reanudar nuestra ruta en busca de nuevos emplazamientos. El siguiente destino era Manapouri, que sirve de base para muchas excursiones y tracks, en concreto para ver el Doubtful Sound en barco. El precio era abusivo, así que optaremos por la opción más económica del Milford Sound. Tras un rápido vistazo del pueblo (por llamarlo de alguna manera) y del lago (no era el mejor día, frío, nuboso, con intención de llover) y mirar el reloj, era hora de ir a cenar. Tras una corta búsqueda y ver un cartel en el que indicaban que permitían el camping en el Km 13 de la carretera entre Manapouri y Te Anau, allí nos dirigimos donde hay una carretera, perdón, camino de cabras para 4 x 4 por el que nos metimos y aparcamos junto al río , cuyas aguas transparentes nos acompañaron durante toda la tarde y noche. No osamos a meter los pies porque una señora nos dijo que las aguas venían de un glaciar, así que sólo con oir esa palabra se nos quitó las ganas.
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