La siguiente entrada ha sido desarrollada por la reportera más dicharachera de Tauranga, Rosa. Os doy paso a la misma.
Hoy estamos en el Monte Cook, el monte más alto de Nueva Zelanda, ubicado en lo que aquí llaman los Alpes Neozelandeses. La verdad es que es impresionante, no me quiero imaginar como se verán con un poco más de nieve porque ahora no tienen demasiada, visto desde aquí abajo claro, Iñaki se hizo un track ayer y dice que hay más nieve de la que parece.
En realidad llegamos aquí ayer después de haber pasado la noche en el lago Alexandrina al lado del más famoso Lago Tekapo, y también más explotado claro, pero no el lago en si, sino el pueblo con el mismo nombre, su vida gira en torno al lago que lo preside todo con su color turquesa intenso y las montañas nevadas a sus espaldas. Aquí entiendo porque los neozelandeses tienen unos adjetivos tan altisonantes que equivaldrían a nuestro increíble, impresionante, alucinante, un “sin palabras” seria bastante apropiado. No sé en otra época del año, teniendo en cuenta que estamos en primavera y que todo se intensifica, los colores , los olores... , las flores tienen unos colores que parecen sacados de la paleta de un pintor, y son flores que te puedes encontrar en cualquier sitio, en el más recóndito te puedes encontrar flores preciosas. Los animales también tienen un protagonismo especial, al margen de las consabidas ovejas que hay millones por todas partes y claro ahora también los corderitos que te da ganas de coger uno y llevártelo para casa de lo bonitos que son, pero también hay millones de vacas, de venados, de conejos y por supuesto de pájaros, el lado negativo lo ponen los mosquitos, de los cuales por desgracia también los hay por toneladas, y que pican como si fuesen alfileres; yo por suerte no había tenido la desagradable experiencia de sus picaduras hasta que llegué aquí, deben de ser especiales, o es porque quizás como desayuno nocilla, bueno, nuttela para ser más exactos, todos lo días me he vuelto más dulce; tengo los tobillos acribillados.
Hoy ha amanecido nublado, esta noche ha hecho muchísimo viento y no he podido dormir muy bien, porque me desazona mucho, y eso que estaba muy cansada y tenía mucho sueño, ayer fue un día intenso, me explico. Como ya he dicho la noche anterior dormimos en el Lago Alexandrin, un lago precioso, pero el camping era una basura, ni agua tenia..., y los baños, bueno mejor no contar nada de los baños. Pero el lago era muy bonito y mucho más al días siguiente por la mañana tempranito, a eso de las 7:30, de nuevo alucinante, por suerte las fotos reflejan bastante bien lo que es, aunque la realidad las supera. Salimos de allí y nos dirigimos a un observatorio que hay para ver las vistas, la gente suele ir por ala noche para ver las estrellas, por lo visto esta zona es muy buena para verlas, entre otras cosas porque los pueblos tienen una población muy escasa y no hay iluminación, con lo cual cuando se hace de noche se ven millones de estrellas, bueno y porque la zona tiene unas condiciones especiales. Es muy curioso porque son totalmente distintas a las de España.
Bueno seguimos camino con dirección al Parque Nacional del Monte Cook, y en el camino nos encontramos con el Lago Pukaki, otra pasada, además había un sitio perfecto para dormir y cocinar, pero no nos quedaba en la ruta, era todavía muy temprano y teníamos que seguir. La parada para comer la hicimos en la oficina de información, bueno en las mesita que tiene allí, porque también es una parada recomendada para ver el Monte Cook, lo teníamos justo en frente, y también aprovechamos para lavar toda la cacharrada que teníamos acumulada del día anterior, porque como ya comenté donde dormimos no había agua.
A continuación, ya cogimos camino para el parque, hicimos alguna que otra parada para las consabidas fotos, y llegamos a donde ahora me encuentro, no sé qué hora sería exactamente, pero más o menos las14:30. Es una población muy pequeñita, 300 personas viven aquí, y aparte del DOC (Departamento de Conservación), lo que lo preside todo en cuanto a negocio, se entiende, y con permiso del Mt Cook es el Hotel Ermitage, un hotel de alta montaña de lujo, con restaurantes, cafeterías, Museo de Sir Edmund Hillary, tienda, y hasta un mini supermercado, no he mirado los precios, pero me los puedo imaginar.
Fuimos a la oficina de información para saber las rutas, e Iñaki decidió hacer una de entre 3 y 3 1/2 horas, yo mientras tanto me quedé en la oficina de información que también tienen como una especie de museo , y cosas muy interesantes, por cierto, la mejor oficina de información que nos hemos encontrado hasta el momento, después me fui a la zona del pueblo donde creí que habría algo más que casas y una escuela pequeñita, pero no, por no haber no hay ni una tienda pequeñita para comprar lo esencial, así que me volví para la zona del hotel, teníamos a little aparcada allí. Por curiosidad entré en el hotel y la tienda, y justo allí es donde está también la entrada para el Museo, pero me tuve que dar la vuelta enseguida, la entrada cuesta 60$, y la verdad, por muy interesate que sea la vida de Sir Edmund Hillary, 60$ es mucha pasta, lo siento.
Como ya no me quedaba mucho más por hacer, que no fuesen rutas, claro, me refiero a algo que no implique caminar, porque mi tobillo ya estaba un poco resentido, me fui al coche a por el libro, esto ya serían las 5 de la tarde, y me puse a leer hasta que llegó Iñaki, una hora más tarde. Venía encantado, se encontró con una pareja de españoles e hizo la ruta con ellos.
Como ya llevamos varios días sin ir a un Holiday Park, también llamado Camping, decidimos que era hora de ir a uno y a parte de nuestro aseo personal, aprovechar para lavar ropa y hacer algo de comida en condiciones, así que cogimos a little y nos dirigimos al camping más cercano, a 25 km; en realidad hay uno del DOC más cerca, pero sin duchas de agua caliente ni lavandería, así que no nos servía. Cuando llegamos al Camping, ya estábamos haciendo la reserva, Iñaki se dio cuenta de que había perdido la cartera con todas las tarjetas, y como estamos apurando al máximo para hacer una transferencia porque el cambio ahora está muy mal, últimamente estamos pagando con su tarjeta de España, y está no requiere pin, así que nos entró el pánico, primero porque no teníamos dinero, y segundo porque el que tenemos en España, si caía la cartera en malas manos, podíamos perderlo también, así que decidimos volver al Parque y buscar por todos los sitios en donde habíamos estado, Iñaki por supuesto tendría que repetir la ruta, cosa que a mi me angustiaba bastante porque con la hora que era, se le haría de noche en el camino. Fuimos a la recepción del hotel por si alguien la había encontrado, y para dejar nuestros datos por si alguien la llevaba allí, y mientras Iñaki subía de nuevo, yo me fui a buscar a la policía, habíamos visto dos coches en un backpackers cuando regresábamos, la recepcionista me dijo que no estaban de servicio, que estaban allí como invitados de la fiesta de apertura de la temporada del backpacker, así que decidí también dejarle todos nuestros datos, y cuando le escribí el nombre de Iñaki, me pregunto en un perfecto castellano si hablaba español, ella es brasileña, pero su padre es argentino. Me explicó que mejor acudiese a las oficinas del DOC porque son ellos los que tienen jurisdicción sobre el Parque y que si pasa algo son ellos los encargados de gestionar todo, también que hacen batidas de vez en cuando para inspeccionar las zona. Y hablando y hablando me comentó que llevaba aquí 3 años y medio, y que era muy fácil encontrar trabajo en el hotel, que ella la primera vez también venía con visa de turista y que ellos se encargaron de arreglarle todos los papeles, que pidiésemos una aplicación para solicitar un puesto de trabajo. Le di las gracias y me fui, desmantelé el coche por si se había caído por allí, pero nada, así que intenté leer de nuevo pero no era capaz de concentrarme, estaba bastante preocupada por Iñaki, él me había dicho que la ruta era muy fácil, pero solo y por la noche..., así que cuando le vi llegar fue como si hubiese encontrado a cartera, aunque no fue así. Volvimos al hotel para conectarnos a internet, no nos quedaba más remedio que hacer una transferencia y además queríamos anular la visa, así que pagamos 4$ la hora para poder conectarnos, por cierto la señal es malísima. A continuación nos vinimos a una cabaña que hay en la que puedes cocinar, tienes baños y ducha de agua fria, esto ya eran las 11 de la noche, Iñaki decidió ducharse porque después de las dos caminatas, más los días que llevamos sin ducharnos, su olor no era precisamente a jazmines, no sé si era el disgusto o que el ejercicio le quitó el apetito, el caso es que sólo quiso cenar zumo, yo me comí mis dos rebanadas de pan con nocilla y un plátano, estaba hambrienta, y decidimos que nos quedábamos por la zona durmiendo donde encontrásemos, para esta mañana dejar los datos en la oficina del departamento de conservación. Le echamos un poco de cara y dormimos en e parking del camping del DOC, y esta mañana hemos vuelto a esta misma cabaña para desayunar. Un trabajador del DOC, vino a preguntarnos si habíamos dormido aquí, porque está prohibido, e Iñaki le explicó que no y aprovechó para contarle lo que nos había pasado. Creo que no pasó ni un cuarto de hora cuando recibimos una llamada diciéndonos que la cartera estaba en la oficina del camping del DOC, así que final feliz, tan feliz que Iñaki decidió hacer otra ruta, y yo me vine para aquí, para la cabaña que tanto servicio nos ha hecho para escribir.
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