Lake Tekapo, Lake Alexandrina y Lake Mc Gregor

6.00 am. Hora oficial de despertarse. En la zona de descanso que hemos aparcado no hay baños y las mesas para comer están en la hierba, que con el rocío matutino están mojada. Decidimos ir hasta Lake Tekapo para desayunar y evitar las hordas de turistas (ya me vale, como si yo fuese local). Bueno el hecho es que llegamos a las 7.30 am y ya había personas con sus cámaras.

La primera impresión fue de “esto es una postal o es de verdad”. 

En Lake Tekapo aparte de las mil fotos que quieras hacer, reservar alguna excursión (avión, helicóptero, barco, caballo) y llenar el depósito no hay mucho más que ver de día, aunque sólo con la imagen de los Alpes enfrente y el lago con el mismo nombre y su color turquesa delante de tí dan ganas de quedarte días, leyendo, caminando alrededor del lago, descansando pero aunque vamos sin prisa no podemos hacer pausas extensas.

Por la noche se comenta que es uno de los mejores sitios de Nueva Zelanda para ver las estrellas bien mirando al cielo o bien acudiendo al observatorio que hay en la cima del Mt John. Esto será cuestión de otra entrada, pero el mundo de las estrellas es diferente aquí abajo.

Bueno, antes de comenzar el viaje habíamos decidido que Rosa vería los Alpes y los glaciares desde el aire mientras que yo los vería a pie de tierra, adentrándome entre sus tripas, así que vimos una oferta para sobrevolarlos y el día era estupendo para ello ya que casi no había nubes y el pronóstico no era nada halagüeño para los siguientes días, así que fuimos a contratarlo. Nos hicieron la “trece-catorce” y al final acabamos montados los dos en el avión, de lo cual no me arrepiento para nada. Esto lo voy a hacer una vez en la vida.

Para aquellos que se pregunten en qué consistió la “trece-catorce”, nos dijeron que necesitaban al menos dos personas para que el avión despegara y que ya nos llamarían. Así que yo me apunté en menos de lo que canta un gallo. Casualmente o no, 20 minutos más tarde nos montamos en el avión junto a una excursión de japos que rellenaron el avión, en total 10 plazas. Yo creo que tienen muchas tablas y me la metieron doblada, de lo cual, insisto, me alegro.

El avión, bueno me corrijo, avioneta de 10 plazas se llamaba Gran Caravan y era poco más grande que eso, que una caravana. Para aquellos amantes de la aeronaútica era una Cessna 208B del año 2006. El piloto no debía tener más de 25 años y poco le entendimos ya que aparte de no entenderle por el idioma, cuando se puso hablar por la radio pues ya desconectamos y nos dedicamos a disfrutar de las vistas

Tras 1 hora de vuelo regresamos a Lake Tekapo a satisfacer nuestro apetito y dar de nuevo una vueltecita por el lago. Tocaba decidir donde dormir, había dos camping en dirección a otros dos lagos anexos al Tekapo, así que nos dirigimos en busca de uno. A cualquier cosa le llaman camping y encima había que pagar; poco, eso sí, pero del primero (Lake Mc Gregor) nos fuimos y del segundo (Lake Alexandrina) no lo hicimos porque vimos el lago, nos gustó y queríamos descansar un rato antes de que se hiciera de noche; así que allí aparcamos, cenamos, dormimos y poco más. Lógicamente no se ganaron el dinero que había que pagar (5 dólares por persona) así que nuestra honestidad se quedó en la mochila y nos fuimos como llegamos al día siguiente.

Aquellos que quieran dormir, lo mejor es coger camino a Lake Pukaki y en el camino podrás encontrar varios sitios. Encontramos uno increible. Tenía preparada una mesa para cocinar con hueco para el cooking stuff, que viene siengo el camping-gas. Tenía hecho una pequeña zona para encender un fuego. Tenía plantas a las que habían puesto un cartel para que fueran regadas y un pequeño sofá de piedras con estas vistas.

Impresionante.

PD: en el Lake Tekapo es muy recomendable la excursión al Mt John, facilona y con un premio importante. Para aquellos que no les guste o no puedan andar, se puede ir en coche hasta el mismo observatorio.

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